"No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy" - por qué procrastinamos y qué puedes hacer al respecto
14.03.2025 | Tiempo de lectura: 4 minutos
“¡Empiezo a estudiar en cinco minutos!”... “Bueno, va, solo un capítulo más. Pero luego me pongo en serio de verdad!”... “Uf, ya son las 6. Ahora ya no vale la pena... Pero mañana empiezo seguro!” ¿Te suena?
La mayoría de nosotros hemos pasado por eso de ir posponiendo cosas constantemente, lo que se conoce como "procrastinación". A veces, dejas para luego algo importante que tienes que hacer. Otras veces, acabas haciendo de todo menos lo que toca: limpiar, pasar la aspiradora, ordenar... Las razones pueden ser muchas. Puede ser el deseo de conseguir resultados o éxitos lo más rápido posible. Quizá sean las altas exigencias que tienes contigo mismo lo que te acaba bloqueando, o tal vez sea que no tienes claro por dónde empezar. Sea cual sea el motivo, procrastinar suele hacer que te quedes sin tiempo y que todo se vuelva realmente estresante. En conclusión, la procrastinación es algo bastante molesto.
¿Cómo puedo gestionar la procrastinación y el estrés que provoca?
¡Buenas noticias! Hay una estrategia muy efectiva para superar la procrastinación. La clave está en los "objetivos SMART". Este enfoque te ayuda a establecer metas claras y alcanzables. SMART significa objetivos (e)specíficos, medibles, atractivos, realistas y con un (basado en el) tiempo.

Específico significa definir el objetivo de manera clara y concreta. En lugar de decir: "Quiero estudiar para el examen de inglés", es mejor ser más concreto: "Quiero repasar las palabras del vocabulario de inglés de la página 100 del libro".
Hacer un objetivo medible ayuda a evaluar si lo has conseguido o no. Puedes hacerlo incluyendo números o valores en la formulación de tu objetivo, por ejemplo: “repetir veinte palabras del vocabulario de inglés de la página 100”.
Los objetivos atractivos son aquellos que te motivan y tienen un beneficio claro para ti. A veces ayuda pensar en cómo te beneficiará alcanzar ese objetivo a largo plazo (aunque al principio pueda resultar molesto o agotador) y asociarlo con una recompensa. Por ejemplo: "Quiero repasar veinte palabras del vocabulario de inglés de la página 100 del libro para estar bien preparado para el examen. Cuando termine, veré un episodio de mi serie favorita como recompensa."
Un objetivo debe ser realista, es decir, alcanzable. Piensa por un momento: ¿qué te hace sentir mejor, tener objetivos demasiado grandes que no vas a lograr, o metas más pequeñas que puedas alcanzar y que te den una sensación de logro? Si te propones demasiado, puede resultar estresante y desmotivador.
Para evitar caer en la trampa de la procrastinación, es importante establecer un objetivo basado en el tiempo. Esto significa fijar una hora exacta en la que quieras completar la tarea, por ejemplo, hoy a la 13:30.
Al juntar todos los componentes SMART, el plan quedaría así: "Hoy a la 13:30, quiero repasar veinte palabras del vocabulario de inglés de la página 100 del libro para estar bien preparado para el examen de vocabulario. En cuanto termine, me veré un episodio de mi serie favorita como recompensa."
Con la ayuda del objetivo SMART, ya hemos convertido el objetivo general “¡Quiero estudiar para el examen de inglés!” en un plan mucho más concreto. ¡Es mucho más motivador y alcanzable, verdad? 😉
Si te gustaría ser más activo, pero siempre procrastinas cuando toca hacer ejercicio/deporte, echa un vistazo a nuestro módulo eSano "Dale un descanso a tu mente -- ¡y pon en marcha tu cuerpo!".
