Autocuidado

Aquí encontrarás respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es el autocuidado?
  • ¿Por qué es importante el autocuidado?
  • Consejos de autocuidado para padres y madres

¿Qué es el autocuidado?

La Organización Mundial de la Salud define el autocuidado como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover y mantener la salud y para prevenir enfermedades y hacerles frente con o sin el apoyo de un trabajador de la salud o asistencial”. En otras palabras, el autocuidado se puede considerar cualquier actividad intencionalmente planificada que uno puede hacer para proteger o mantener su salud. Esto puede incluir el bienestar mental, emocional o físico de una persona.

¿Por qué es importante el Autocuidado?


Aunque a menudo puede pasarse por alto, el autocuidado es muy importante para mejorar el estado de ánimo y prevenir el agotamiento. Es esencial escuchar a tu cuerpo y llegar a comprender que cuidarse no es un acto egoísta ni egocéntrico. Priorizar el autocuidado es una necesidad, no solo un lujo.

Cuando tienes muchas responsabilidades, puede ser especialmente tentador sacrificar tu tiempo para autocuidado. Sin embargo, cuidarte y sentirte bien te permitirá satisfacer tus propias necesidades, sino también cumplir con tus responsabilidades familiares y prosperar en tu rol como padre o madre. De lo contrario, la falta de autocuidado puede desencadenar una espiral descendente. Si no te cuidas, puedes sentirte cada vez más estresado y abrumado, lo que dificulta ser un padre o madre empático y paciente. Recuerda:" Para llenar el vaso de otros, primero debes llenar el tuyo."

La mejor forma de enseñar el autocuidado es practicándolo tú mismo. Al modelar estos hábitos, no solo fortaleces tu propia salud mental y física, sino que también impactas positivamente en la de tus hijos. El autocuidado les muestra cómo enfrentar situaciones desafiantes y, además, contribuye al desarrollo de su empatía y resiliencia.

Consejos de autocuidado para padres

Las actividades de autocuidado pueden ser muy variadas: desde salir a caminar o leer un buen libro hasta tener una conversación con un amigo o amiga, entre muchas otras. No existe una forma “correcta” o “mejor” de practicar el autocuidado. Simplemente, piensa cualquier en actividad sencilla que te aporte energía y elije aquellas que te funcionen mejor y se adapten a tus necesidades.

El autocuidado no ocurre por sí solo; requiere una planificación activa. Si decides crear un plan para mejorar tu autocuidado, hay varias cosas que pueden ayudarte a cumplirlo, como añadirlo a tu calendario, hablar con otras personas sobre estas actividades y estar atento a las diferentes oportunidades o ideas que van apareciendo y puedes incorporar en tu día a día.

Es esencial reservar un poco de tiempo para el autocuidado, incluso cuando sientas que no tienes ni un segundo para dedicarte a ti mismo/a.

Dale al descanso la importancia que se merece para mantener tu bienestar. Descansar puede incluir acciones tan simples como…


  • disfrutar de una taza de café o té
  • escuchar tu música favorita (por ejemplo, mientras te preparas para el día)
  • meditar durante 5 minutos
  • activar tus sentidos (por ejemplo, encender una vela aromática, tomar un baño caliente o beber un té de hierbas)
  • hacer un ejercicio de respiración
  • reservar unos minutos para estar solo/a
  • limitar el tiempo que pasas utilizando el móvil o en las redes sociales
  • reducir el tiempo que dedicas a revisar tus dispositivos o correos electrónicos
  • salir a caminar y disfrutar del aire libre mientras respiras aire fresco
  • tachar algo de tu lista de tareas pendientes que te esté ocupando espacio mental y que pueda significar un pequeño logro
  • darte un capricho
  • saborear el momento

Establecer nuevos hábitos puede ser difícil al principio, pero si deseas que el autocuidado forme parte de tu vida diaria, intenta priorizar estas actividades.

A continuación, encontrarás una lista de sugerencias sobre cómo integrar mejor el autocuidado en tu rutina diaria:

  • Intenta crear una rutina de trabajo.
  • Intenta programar actividades de autocuidado dentro de tu rutina diaria para asegurar que se conviertan en un hábito.
  • Dedica tiempo cada día a una actividad que disfrutes
  • Antes de irte a dormir, haz una lista de tres cosas positivas que ocurrieron ese día o escribe tres cosas por las que sientes agradecimiento. Puedes incluir cosas simples como un día soleado, o cosas más grandes como planificar unes vacaciones.
  • Recuerda soltar las cosas que no puedes controlar.
  • Toma descansos regulares y frecuentes durante el día.
  • Intenta retomar una afición o comenzar una nueva.
  • Incluye interacciones sociales regulares en tu semana.
  • Reserva tiempo para hablar con amigos/as, colegas o familiares sobre cómo te sientes.
  • Asegúrate de dormir al menos siete horas, comer bien, e incorporar actividad física en tu día (solo 30 minutos de movimiento diario pueden tener un gran impacto positivo en tu bienestar).
  • Evita el uso excesivo de sustancias que alteren temporalmente tu estado de ánimo o nivel de energía, como la cafeína, la nicotina o el alcohol.
Si todo se vuelve demasiado desbordante y no puedes superar el estrés o el agotamiento por tu cuenta, también podrías considerar buscar ayuda adicional. En este caso, una de las mejores cosas que puedes hacer por ti es buscar asesoramiento o alguna otra forma de ayuda profesional.