Promoción de la salud mental en el entorno familiar

En esta página aprenderás más sobre:
- Cómo crear un ambiente que promueva la salud mental
- Gestión de conflictos: consejos generales para padres y madres
- Paso a paso: cómo ayudar a tu hijo/a con un problema emocional
- Apoyo para los padres y madres (teléfono de ayuda)
Cómo crear un ambiente que promueva la salud mental
En muchas familias, la salud mental sigue siendo un tema tabú. Sin embargo, ¡se vuelve más fácil para los hijos/as cuando los padres les hablan al respecto y les explican en qué consiste! Si los hijos/as perciben que sus padres están dispuestos a hablar del tema, les resultará más sencillo expresarse en caso de tener problemas con su salud mental.
Por lo tanto, es útil dar un buen ejemplo y compartir con tu hijo/a tus propias experiencias. Por ejemplo, hablar de momentos en los que has tenido dificultades o emociones que te han costado gestionar y cómo las has enfrentado. De este modo, pueden aprender que las emociones (ya sea alegría, enojo o tristeza) son parte de la vida y que existen estrategias para manejarla.
Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a crear un entorno que favorezca la salud mental:

Sé un modelo a seguir.
Expresa tus emociones de manera abierta y muestra empatía tanto hacia los demás como hacia tu hijo/a.
Haz preguntas y muestra interés, no solo sobre su rendimiento escolar.
Por ejemplo: “¿Qué asignaturas te gustan?”, “¿Qué no te gusta?”, “¿En qué clubes o actividades participas o te gustaría participar?”, “¿Te sientes solo/a?”


Habla de manera abierta sobre los temas que le preocupan a tu hijo/a durante la pubertad.
Hazle saber que puede acudir a ti con cualquier pregunta que tenga (sobre identidad, sexualidad, independencia, carrera, etc.).
Evita centrarte solo en las notas.
Si te enfocas únicamente en las calificaciones, podrías generar en tu hijo/a la creencia de que su valor depende exclusivamente de su rendimiento académico, lo que puede aumentar la presión escolar y la ansiedad ante los exámenes.
En su lugar, enfócate en el esfuerzo que hacen y en logros no relacionados con el rendimiento, como la empatía.


Permite tiempo no estructurado.
Es fundamental que los niños/as y adolescentes dispongan de un tiempo diario para relajarse y “hacer lo que quieran”, sin presiones ni tareas programadas.
No todo debe ser tarea escolar o actividades extraescolares planificadas. De hecho, es aún más beneficioso si pueden aprovechar este tiempo libre al aire libre, en contacto con la naturaleza, lo que favorece su bienestar físico y mental.
Cenar juntos siempre que sea posible.
Es una buena oportunidad para escuchar si hay problemas y adelantarse a ellos para que sean más fáciles de manejar.
También es importante que tu hijo/a sepa que la familia puede aliviar su estrés (la familia está ahí pase lo que pase).


Dedica tiempo de calidad a tu hijo/a para fortalecer vuestra relación.
Intenta reservar al menos un momento a la semana para compartir una actividad que ambos disfrutéis. No hay una fórmula única, ya que depende de los intereses personales.
Algunas ideas pueden ser: cocinar juntos, ver una película, hacer una excursión, participar en alguna actividad creativa, o escuchar y hacer música en compañía…
Gestión de conflictos: consejos generales para padres y madres
Evita los mensajes de “tú”, usa mensajes de “yo”
Los mensajes de “tú” suelen ser juicios o evaluaciones sobre la otra persona, lo que puede hacer que se sienta herida o a la defensiva (“Tú lo hiciste mal”). En cambio, los mensajes de “yo” permiten expresar los propios sentimientos y necesidades, generando más empatía y comprensión. Con este enfoque, se evita juzgar el comportamiento de la otra persona y no se hacen reproches, lo que favorece un diálogo más constructivo.


Habla sobre tus emociones / cómo te hace sentir
Siguiendo con los mensajes “yo”, es importante transmitirle a la otra persona lo que la situación o el problema te provoca. Usa mensajes de “yo” para esto (“Me preocupa cuando no haces los deberes o no estudias”).
Usa un lenguaje claro
Expresiones poco claras o indirectas pueden hacer que la otra persona no entienda correctamente el mensaje. Es más efectivo abordar el tema de manera directa. Por ejemplo, decir “Creo que sería mejor para ti pasar menos tiempo con el teléfono” es más claro que “Cuando era niño, jugábamos afuera y pasábamos mucho tiempo en la naturaleza… hoy en día todos están pegados a las pantallas.” En la segunda frase, el mensaje no es explícito, y no se comunica claramente el deseo de que tu hijo/a pase menos tiempo en el móvil.
Escucha activamente
Escuchar activamente implica dejar que la otra persona termine de hablar, pero también dejar claro que has entendido lo que quiere decir. Hacer preguntas sobre el significado puede ayudar a descubrir cuáles son las necesidades de tu hijo/a (“Puedo entender que fue una situación complicada para ti”).

Crea momentos agradables después
Después de una discusión, las partes implicadas suelen estar un poco sensibles. Para volver a crear un ambiente relajado y fortalecer la cohesión familiar, podéis hacer algo agradable después: salir a caminar, cocinar o hornear algo, o simplemente dar un gran abrazo a todos. También es bueno enseñar a tu hijo/a que el conflicto no tiene que ser algo malo, sino que ayuda a encontrar soluciones.

Paso a paso: cómo ayudar a tu hijo/a con un problema emocional
1. Escucha activamente:
Ofrece un espacio seguro y privado para hablar.
Escucha sin interrumpir y muestra empatía; por ejemplo, mantener el contacto visual, girar tu cuerpo hacia tu hijo/a, dedicarle una sonrisa amigable y asentir con la cabeza durante la conversación muestra interés y que le tomas en serio.
Reconoce sus sentimientos y valida su experiencia.

2. Expresa preocupación y apoyo:
Hazle saber a tu hijo/a que te importa y que estás allí para apoyarle.
Usa mensajes “yo” para comunicarte: esto resulta menos confortativo y más sensible. Por ejemplo, es mejor decir “Tengo la sensación de que has cambiado últimamente” en lugar de “Has cambiado”.
Emplea un lenguaje tranquilizador, como “Me alegra mucho que me hayas contado esto” o “Parece que estás pasando por un momento difícil.”
3. Evalúa la gravedad
- Determina si tu hijo/a está en peligro inmediato, como tener pensamientos de autolesión o de causar daño a otros. Si existe algún riesgo de daño, busca ayuda de manera inmediata.

4. Definir un plan de solución
- A veces los chicos/as se sienten abrumados por situaciones que creen que no pueden controlar o son demasiado desafiantes (como tener que hacer mucha cantidad de deberes, pero también querer pasar tiempo con amigos y amigas o sufrir su primer desamor). Pensar juntos en posibles soluciones o acordar prioridades y objetivos puede ser de gran ayuda, dejando claro que la salud es lo más importante. Además, identificar las consecuencias positivas y negativas puede facilitar la toma de decisiones.
5. Establecer límites
- Para proporcionar un ambiente de apoyo a tu hijo/a, es importante que conozcas tus propios límites y que los establezcas. Si sientes que el estrés de tu hijo/a es demasiado para gestionarlo tu, busca ayuda profesional lo antes posible.


6. Fomenta estrategias saludables para afrontar los problemas:
Recuerda a tu hijo/a que la plataforma IMPROVA ofrece una variedad de recursos para enfrentar desafíos.
Sugiere actividades que promuevan la relajación y el bienestar, como pasar tiempo con amigos o amigas, escribir un diario o practicar actividad física.

Teléfono de ayuda
Si necesitas más ayuda y apoyo: aquí puedes encontrar ayuda fácil y gratuita:
GestioEmocional.cat es una aplicación, desarrollada a raíz de la pandemia de la COVID-19, para ofrecer apoyo a todas aquellas personas que experimentan emociones negativas, como el miedo, la angustia, la preocupación o la tristeza. La herramienta permite valorar el estado emocional, recibir consejos e indicaciones para gestionarlo, o bien ser atendido por un profesional de la salud si es necesario: gestioemocional.catsalut.cat
También podéis llamar a “Salut Respon” al 061. El servicio, disponible 24 horas al día los 365 días del año, puede ofreceros apoyo emocional y atención psicológica presencial en situaciones complejas.