Antibullying y ciberacoso

En esta página aprenderás más sobre:
- ¿Qué es el acoso y el ciberacoso?
- Consejos para para prevenir el acoso
- Qué hacer al ser testigo de un comportamiento de acoso
- Cómo hablar con una víctima de acoso
¿Qué es el acoso y el ciberacoso?
Acoso o bullying
El acoso va más allá de un conflicto entre chicos/as. Es una conducta agresiva que implica un desequilibrio de poder, en la que una o varias personas atacan intencionadamente y de manera repetida a otra. Estos ataques pueden ser físicos, verbales o relacionales, y buscan causar daño. La víctima, que se encuentra en una posición de indefensión, no tiene la capacidad de liberarse de esta situación por sí misma.
¿Qué es el acoso y el ciberacoso?




Ciberacoso

El ciberacoso puede manifestarse de diversas formas, incluyendo:
- Acoso: Envío de mensajes, correos electrónicos o comentarios amenazantes u ofensivos a través de plataformas digitales.
- Exclusión: Excluir intencionalmente a alguien de grupos conversaciones o actividades online.
- Suplantación: Hacerse pasar por otra persona en internet para difundir información falsa o perjudicar su reputación.
- Ciberacoso continuo: Monitorear, acosar o amenazar de manera continua a alguien en internet.
- Humillación pública: Difundir fotos, videos o información personal vergonzosa o humillante de una persona en internet sin su consentimiento.
El ciberacoso puede tener un impacto perjudicial y constante en las víctimas, ya que puede ocurrir las 24 horas del día y llegar rápidamente a una mucha gente. Además, los/las acosadores/as suelen actuar desde el anonimato, lo que complica la identificación de los responsables y dificulta rastrear las huellas digitales de sus acciones.
Como educadores, es esencial estar siempre alerta y adoptar una actitud proactiva para abordar cualquier forma de acoso al centro escolar. Los centros educativos pueden crear entornos de aprendizaje seguros y de apoyo para todos los estudiantes, priorizando dos áreas clave:
Primero, los/las docentes pueden fomentar una cultura escolar positiva e inclusiva, donde cada estudiante se sienta valorado y respetado. En segundo lugar, es fundamental dotar a los estudiantes de herramientas para prevenir el acoso, promoviendo la empatía y enseñándoles a comportarse con respeto. Además, educarlos sobre el uso responsable de la tecnología puede ayudar a reducir tanto la incidencia como el impacto del ciberacoso.
Consejos para prevenir el acoso
Como educadores, desempeñáis un papel fundamental en la prevención del acoso dentro de la comunidad escolar. Para abordar este problema de manera efectiva puedes seguir los siguientes consejos:
Dar prioridad al conocimiento de las normas antiacoso: Asegúrate de que todos, incluidos estudiantes, personal y familias, estén bien informados y comprendan con claridad las normas contra el acoso escolar. Una comunicación clara sobre las consecuencias de este comportamiento es fundamental para prevenirlo. Además, puede ser útil dialogar con los estudiantes sobre sus percepciones respecto a estas normas y si tienen sugerencias sobre posibles mejoras o ajustes que podrían hacerse.
Promover la conciencia y el diálogo: Fomentar un entorno donde los estudiantes se sientan cómodos al hablar sobre cuestiones relacionadas con el acoso. Al abordar abiertamente el lenguaje y los comportamientos discriminatorios, podemos crear una cultura de respeto e inclusión.
Empoderar a los estudiantes: Educar a los estudiantes sobre el acoso—qué es, cómo responder a él y dónde buscar ayuda. Empoderarlos para que enfrenten el acoso y se apoyen mutuamente.
Utilizar el aprendizaje interactivo: Involucrar a los estudiantes en actividades interactivas, como juegos o discusiones, para profundizar su comprensión de las dinámicas del acoso. Por ejemplo, categorizar escenarios como acoso, conflictos o bromas puede mejorar su empatía y habilidades de pensamiento crítico.
La prevención del acoso es importante en todo el centro escolar. Una política antiacoso actualizada es crucial. Todas las personas que conforman la comunidad escolar deben estar familiarizadas con ella.
Estas normas deben describir claramente las consecuencias del comportamiento de acoso. Al implementar estas estrategias, no solo creamos un entorno de aprendizaje más seguro y de apoyo, sino que también equipamos a nuestros estudiantes con las herramientas necesarias para combatir el acoso de manera efectiva.

¿Qué hacer cuando se presencia un comportamiento de acoso?
Intervenir de inmediato: Actúa de forma rápida para detener el comportamiento de acoso en cuanto lo observes. Una intervención oportuna puede prevenir que la situación empeore y refuerza el compromiso de crear un entorno seguro y respetuoso para todos los estudiantes.
Abordar el comportamiento, no a la persona: Enfócate en el acto de acoso, sin etiquetar o culpar directamente a los estudiantes involucrados. Usa un lenguaje que subraye el impacto del comportamiento y la importancia de tratar a los demás con respeto.
Escuchar de manera activa: dedica tiempo para escuchar a la víctima y a los testigos con atención. Brinda empatía y apoyo, asegurando que sus preocupaciones son tomadas en serio. Valida sus sentimientos y hazles saber que no están solos.
Seguir los procedimientos del centro escolar: Cumple con los protocolos establecidos por la institución para reportar y manejar incidentes de acoso. Documenta el incidente de manera precisa y comunícalo al personal adecuado, como el director o el coordinador contra el acoso.
Brindar apoyo: Ofrece recursos y asistencia tanto a la víctima como al acosador. Facilita acceso a servicios de orientación, mediación o estrategias de resolución de conflictos para ayudar a gestionar la situación y evitar futuros incidentes.
Ignorar o minimizar el comportamiento: Evitar mirar hacia otro lado ante el acoso o restar importancia a su gravedad. Ignorar o minimizar el comportamiento de acoso puede dar la impresión de que ese comportamiento es tolerado, contribuyendo a un ambiente escolar nocivo.
Culpar a la víctima: evita señalar a la víctima como responsable del acoso o insinuar que provocó el comportamiento de los demás.
Tomar partido: Evitar tomar partido o mostrar favoritismo en los conflictos entre estudiantes. Mantener la neutralidad y centrarse en abordar el comportamiento y resolver el conflicto de manera justa e imparcial.
Actuar como venganza o castigos excesivos: Resistir la tentación de tomar represalias contra el acosador o aplicar medidas punitivas severas. En lugar de ello, aborda los problemas de fondo y fomenta un cambio positivo a través de la educación y el apoyo.
Desestimar o excusar el comportamiento: Evitar desestimar o excusar el comportamiento de acoso como “solo cosas de chicos” o “parte del proceso de crecer”. El acoso es un problema grave que requiere intervención activa y medidas preventivas para garantizar un entorno escolar seguro y respetuoso.

Cómo hablar con una víctima de acoso
Al hablar con un/a estudiante que está experimentando acoso, es crucial:
Abordar la conversación con sensibilidad y empatía.
Garantizar que la charla se lleve a cabo en un entorno privado y seguro, donde el/la estudiante se sienta cómodo/a para expresarse libremente.
Reafirmar que el apoyo está disponible en cualquier momento, proporcionando información de contacto de recursos externos como líneas de ayuda o centros de asesoramiento especializados en acoso.
Validar sus emociones, reconociendo el impacto que el acoso tiene en su bienestar, y enfatizar que no es su culpa.
Tomarse el tiempo necesario para indagar sobre los detalles del acoso, incluyendo cuándo comenzó, su frecuencia, y si también ocurre por internet (ciberacoso). Esta información permite personalizar mejor las estrategias de apoyo.
Ofrecer apoyo continuo y asegurarse de que el/la estudiante no se sienta solo/a. Es importante:
(a) Animarles a identificar a compañeros/as de apoyo, aquellas personas conocidas por su valentía y empatía, que puedan ofrecer un respaldo emocional positivo
(b) Resaltar la importancia de buscar ayuda de personas de confianza, como familiares, amistades o personal de la escuela que les transmita seguridad.
(c) Si se considera oportuno, informar a otros docentes para asegurar una respuesta coordinada.
Cuando los maestros hablan con estudiantes que han sido acosados, es crucial mostrar empatía, validar sus emociones y ofrecer apoyo continuo. Estos elementos empoderan a los estudiantes, permitiéndoles enfrentar la situación y buscar la ayuda que necesitan para sentirse seguros y respaldados.
¡Trabajemos juntos/as para conseguir unas aulas seguras y acogedoras donde cada estudiante se sienta escuchado, apoyado y respetado!
Si bien te animamos a participar en esta iniciativa global contra el acoso, entendemos las múltiples demandas que enfrentan en cuanto a tiempo y recursos. Cualquier contribución, por pequeña que sea, será de gran beneficio para nuestros estudiantes.
Aquí puedes encontrar más información y ayuda sobre el tema del antibullying y ciberacoso: https://educacio.gencat.cat/ca/arees-actuacio/families/us-tecnologies/ciberassetjament/
